Es difícil volver, sabiendo que no estás…

Silvia fue mi mentora en la documentación y en este blog, mi interlocutora pedagógica en las reflexiones más valiosas sobre la práctica, Silvia es faro en el camino que elijo seguir recorriendo y será siempre luz cuando lea mi profesión a la distancia. Lamentablemente, no pude asistir personalmente a la despedida que le hicimos en el colegio, debido a compromisos laborales previstos con anterioridad. Pero ahora, movida por la finalización de una capacitación,  sentí la necesidad de transcribir unas palabras que escribí con sentida emoción y para agradecerle, siempre, todo lo que he aprendido en las charlas grupales, en los encuentros en el colegio, en los almuerzos, en esos días de aprendizaje intensivo, en las videoconferencias individuales en las que estábamos tan lejos y, sin embargo, tan cerca por nuestra pasión cómplice: la profesión docente. Y así sigue siéndolo…

Palabras para homenajear a Silvia:

Si bien no pude estar presente en el día de hoy, sentí la inmensa necesidad de poner en palabras un recuerdo vívido y vital de Silvia, porque era una forma de estar con ustedes y de evocarla con mucho cariño y admiración.

La conocí en el marco de la profesión, en una capacitación con colegas de los distintos niveles y ella supo unirnos no solo en el trabajo colaborativo, sino también en una mirada pedagógica distinta e innovadora.

Recuerdo con mucha felicidad cada uno de los momentos compartidos con Silvia, tanto en las instancias grupales como en las charlas individuales y debo confesar que las esperaba con mucha ansiedad, porque las disfrutaba y mucho. Silvia estaba siempre feliz de compartir esos encuentros amorosamente profesionales y me motivaba, me desafiaba a emprender nuevos proyectos y a sistematizar los que ya tenía encaminados. Era generosa, compartía sin egoísmo alguno toda su sabiduría y sus conocimientos, los multiplicaba, y por eso está presente en cada una de nosotras y en nuestra práctica docente.

 Su alegría, su humor, su entusiasmo, su rebeldía y su vitalidad están en cada instante que la recuerdo, porque así de única era Silvia, así ella, tan presente, tan eterna.

¡Infinitas gracias, querida Silvia!

Laura

Sé que en las próximas entradas siempre estará presente, porque tengo un compromiso con ella: documentar, reflexionar sobre mi práctica y socializar con generosidad las experiencias profesionales.

¡Y así será!

El anti-sitio, un proyecto que aún no descansa…

Dicen que lo prometido es deuda, así que después de un comienzo vertiginoso y colmado de expectativas, les comparto la siguiente reflexión. Podría decirse que es el resultado de la evaluación de mis prácticas docentes durante la realización de un proyecto anual. Los invito a seguir las huellas de nuestros aprendizajes.

Con más preguntas que respuestas, con más temores que certezas, sin embargo, con más ideas que vacíos, realicé, durante el ciclo lectivo 2018, con ES1A un proyecto de Prácticas del lenguaje y Programación (HTML/CSS), en lo que respecta a esta última, con acompañamiento externo de programadores/as de DH.

¿Cómo realizar un trabajo creativo, distinto a lo que habitualmente es el contenido en los sitios web, cómo evitar los lugares comunes, cómo desarrollar en los chicos y en las chicas el pensamiento crítico a la hora de ser programadores/as de un sitio web y que esto los/las interpele como usuarios/as?

Comparto un enlace, que fue inspirador para definir el tema del proyecto – quizás por lo polémico de su contenido: https://hipertextual.com/2018/02/tristan-harris-filosofo-google-que-quiere-liberarnos-nuestro-smartphone

Entonces, después de investigar varios días sobre el tema que me ocupaba, una madrugada desperté con dos preguntas inspiradoras: ¿por qué no proponerles diseñar un anti-sitio? ¿Por qué no interpelarlos para que se pensaran en su doble rol de usuarios/as y programadores/as? ¡Tendrían que deconstruir(se) para construir(se)!

La propuesta fue entonces “hagamos un anti-sitio”, el “contra-sitio” de los “sitios web”, para eso se necesitaban  programadores/as responsables que pensaran, “valga la redundancia”,  en destinatarios/as responsables. 

En primer lugar, les pedí que se preguntaran quiénes serían los destinatarios/as, así que, teniendo en cuenta la idea de ser usurarios/as y programadores/as al mismo tiempo, definieron que fueran adolescentes que tuvieran entre 11 y 16 años (franja etaria en la que ellos/as estaban incluidos/as).

Posteriormente, armaron los grupos de trabajo cooperativo, y, de allí en más, se dedicó una hora de clase por semana al aprendizaje de programación y, otra, al aprendizaje de producción de contenido (aunque con algunos ajustes).

Repensando y reflexionando acerca de mi práctica docente a la luz de la capacitación de pedagogías flexibles, y, atendiendo a las inteligencias múltiples (porque se fue dando en paralelo durante la segunda parte del año), pude identificar que este proyecto, tal y como lo había planificado inicialmente, las contemplaba, aunque no de manera consciente. Esto me permitió identificarlas y concientizarlas para luego sistematizarlas. Pero ¿dónde se evidenciaban?:

  • en el aprendizaje de HTML y CSS (inteligencia lógico-matemática)
  • en la modalidad de trabajo cooperativo,
  • en el trabajo autónomo,
  • en la diversidad de espacios y tiempos,

    Uso de las TIC y dominio de sus lenguajes específicos. Inteligencia lógico-matemática

    Autonomía y trabajo cooperativo. Inteligencias intrapersonal e interpersonal

  • en las producciones de textos de diferentes tipos, creación de slogans, lectura de artículos, coloquios a partir de charla TED, entre otros, (escritura, lectura y oralidad – inteligencia verbal lingüística),
  • creación de canciones, en esto surgió en uno de los equipos, escribirla en alemán, así que, teniendo en cuenta el carácter bicultural y trilingüe de este colegio – competencia plurilingüe – acepté el desafío. Estas producciones musicales fueron acompañadas con instrumentos, en algunos grupos, pero en otros, no (inteligencia verbal-lingüística y la inteligencia musical, aunque debo reconocer que en menor medida),

    Inteligencia musical

  • recorrido por diferentes espacios del colegio para sacar fotografías que serían utilizadas en el sitio web, con esta finalidad también hicieron simulacros (fotografías con determinadas escenografías y actuadas), y, por último, dramatizaciones para grabar videos. Además, crearon los logos y los digitalizaron, esta actividad la hicimos en interdisciplina con Verónica, la profesora de Arte, (inteligencia corporal-cinestésica y la inteligencia visual-espacial)

Creamos nuestros propios logos. Inteligencia visual-espacial

 

 

Simulacro y fotografía. Inteligencias corporal-cinestésica y visual-espacial

 

 

 

 

La propuesta era clara: la producción de contenido en su totalidad tenía que ser de autoría propia. Eran productores/as culturales y programadores/as responsables, por consiguiente, tenían que promover en sus destinatarios/as la necesidad de ser usuarios/as responsables de los sitios web, así como también intentar que dieran el salto cualitativo de usuarios/as a hiperlectores/as. (inteligencia interpersonal)

Socializamos experiencias, compartimos nuestros proyectos

¡Menuda tarea la de estos/as pequeñitos/as!

Durante el proceso de realización del proyecto, documenté la clase en las instancias de evaluación parcial, focalizándome en el feedback de los chicos y las chicas, es decir, se ponía en juego el desarrollo de la inteligencia intrapersonal.

Después de evaluar el proceso y los resultados, concluyo en que las fortalezas de esta iniciativa fueron:

  • aprendizaje significativo
  • entusiasmo y compromiso
  • autonomía
  • cooperación
  • creatividad
  • concientización
  • interés genuino en la producción: la forma (diseño) es importante siempre y cuando haya calidad en el contenido del sitio web
  • autoría responsable en la producción de contenido y en el diseño

En cuanto a las debilidades, habría que tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • la organización respecto de actividades, demandas y tiempos
  • complicación en la unificación de criterios pedagógicos y en la efectividad de establecer consensos (Programación/Prácticas del lenguaje)
  • ausencia de socialización de los proyectos con los/as compañeros/as de los otros primeros que también realizaron sitios web, al igual que entre las docentes a cargo, mis compañeras de Prácticas del lenguaje e Inglés.

En breve les compartiré las producciones y  testimonios de los/as chicos/as…

 

 

Era hora de volver

Es difícil volver después de tanto tiempo…

Comenzaré compartiendo los proyectos más recientes e iré viajando hacia atrás en el tiempo. Les propongo leer una bitácora de mis experiencias profesionales, pero del ahora hacia el ayer.  Provocaré una ruptura temporal, porque “deconstruiré” para construir, desandaré lo andado para avanzar más liviana de equipaje…

 

Trabajo cooperativo y socialización de experiencias

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Hace unos meses compartí una experiencia de trabajo cooperativo con mis colegas: María (Historia); Melina (Matemática) y Verónica (Arte), tuvimos que preparar una presentación para socializar experiencias de clase con nuestros colegas de Secundaria, cada una de nosotras tuvo que centralizarse en dos focos, en mi caso, feedback y aprendizaje cooperativo. En esas capturas de pantalla podrán visualizar el enfoque de la práctica que socialicé. Cerré esa presentación con un video en el que los estudiantes hacían feedback a sus pares, y en especial a mí.

Fue muy enriquecedor trabajar con mis compañeras porque sus aportes fueron fundamentales para hacerle modificaciones al trabajo que hice inicialmente.

¡Volvería a pasar por otra experiencia como ésta!

 

Nuestros colegas nos interpelan…

Este fin de semana asistí a las III Jornadas de didáctica de la literatura de la Universidad Nacional de Mar del Plata, que se realizaron en esa ciudad. Comparto brevemente algunas cuestiones que me parecieron interesantes: el abordaje del texto literario con el cruce de las redes sociales, por ejemplo con Facebook; el trabajo interdisciplinar de la Lengua con la Biología a través de la lectura y análisis de libros de divulgación científica (sin perder el rigor científico);  enriquecer el proyecto de lecturas personales con un encuentro de los jóvenes con los escritores; replanteos acerca del abordaje de la Teoría Literaria en el espacio escolar; Borges en el canon escolar, entre otros temas.

Siempre es enriquecedor contactarse con docentes de otras instituciones académicas del país, porque los aportes desde diferentes perspectivas nos interpelan, nos cuestionan y nos llevan a replanteos y reafirmaciones de nuestras prácticas docentes.

 

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Mi vida como “lectora”

  1. Mi cuento favorito de pequeña era “El gato con botas” y aún recuerdo cuando me lo leían y disfrutaba al ver las  ilustraciones de un libro grande de tapa dura, blanca y con un dibujo colorido y brillante.
  2. La tradición oral de la cultura popular está presente en mi infancia, mi abuela nos contaba los cuentos tradicionales españoles.
  3. Mi mamá nos recitaba fragmentos del “Martín Fierro” y también nos relataba “El herrero miseria”.
  4. En el campo, en casa de mi abuelo en Verónica, en vacaciones de invierno, compartía lecturas con mi hermana, Claudia: “Ánimo, Verónica”, “Carolina y sus cinco hermanos”, “Mujercitas”, “Corazón”, entre tantos otros; también, leíamos fotonovelas y revistas de historietas: Intervalo, El Tony, entre otras.
  5. Buscaba en la biblioteca de mis padres, y así elegí y leí “Amalia” de José Mármol; la antología de cuentos “Ficciones” de Borges; “Los tres mosqueteros” de Dumas ; la obra de teatro”Casa de muñecas” de Ibsen; “Robinson Crusoe” de Defoe; “La isla del tesoro” de Stevenson; los cuentos de Oscar Wilde (en inglés) entre otros títulos.
  6. Mi madre y mi padre, apasionados lectores.
  7. En el colegio, recuerdo dos novelas en particular: en primer año, una que se titulaba “Una naranja el mundo” (no recuerdo el autor) y en segundo, “Alrededor de la jaula” de Conti; evidentemente otras lecturas obligatorias pasaron al olvido.
  8. La profesora de Literatura de cuarto año, Laura Rizzi, me apasionó con los clásicos y, sin duda,  fue mi mentora en la enseñanza de la Literatura.
  9. En secundaria, nos reuníamos con mis amigas para compartir la lectura de textos literarios e intercambiábamos nuestras opiniones sobre las mismas.
  10. A los 17 años, compartía con mi hermana la lectura en voz alta de algunos de los capítulos de los tomos de las Obras Completas de Freud que papá tenía en su biblioteca del consultorio; también leíamos las novelas y cuentos para el Instituto de Inglés.
  11. Comencé a leer a los escritores latinoamericanos: Carpentier, Rulfo, Galeano, Fuentes, Márquez (“Cien años de soledad” la leí de un tirón, no dormí para terminarla. ¡Qué pasión!), algo parecido me ocurrió con “Rayuela” de Cortázar (me sumergí en la novela y no existía nada más para mí) Aún hoy mi pasión está presente en la literatura latinoamericana y argentina.
  12. No voy a compartir todo el recorrido de lecturas durante mis estudios en el Profesorado porque al ser específicamente en Letras sería interminable, pero puedo mencionar algunas obras literarias que dejaron especial huella en mí: “La muerte de Artemio Cruz” de Carlos Fuentes; “Julio César” de Shakespeare; los cuentos de Horacio Quiroga y de E. A. Poe; “Muerte en Venecia” de T.Mann; “Demian” de Hesse; “Seis personajes en busca de un autor”de Pirandello; “El extranjero” y “Calígula” de Camus; “La náusea” de Sartre, entre otras tantas y tantas lecturas. Sé que no estoy siendo justa al nombrar sólo estas obras literarias.
  13. En síntesis, durante mis estudios en nivel superior, los títulos son innumerables.
  14. Mi vida como mamá lectora: cuando mi hijo era muy muy pequeñito le contaba todas las noches distintos cuentos, pero el que más le gustaba era Caperucita Roja, recuerdo que, en su metalenguaje,  anticipaba y cuando le cambiaba una parte, no le gustaba. Aún tengo presente el “tun, tun” de su vocecita. Otros libros que me apasionaba compartir con él: “Cambalache” y “La vaca Renata” de Smania (una y otra vez) y leímos juntos “Alicia en el país de las maravillas”,  entre tantos otros.
  15. Compartimos en familia una salida que nos gusta mucho: la visita a la Feria del Libro, especialmente asistimos a conferencias o presentaciones de libros de nuestro interés.
  16. Me apasiona compartir la lectura con Omar, mi esposo: las poesías de Pessoa, Girondo, Hugo Mujica; las novelas de Sandor Marai (“Divorcio en Buda”, “La herencia de Esther”…); “Lo bello y lo triste” de Kawabata; otro género que compartimos es el ensayo, generalmente de autores latinoamericanos y argentinos.
  17. Leo el diario, casi siempre en versión digital.
  18. También me interesan las revistas de temas de actualidad (problemáticas sociales, política, interés general, etc.) pero no vinculadas a los grandes medios, sino pertenecientes a la cultura independiente o por fuera del “mercado mediático” de esta manera puedo desarrollar mi espíritu crítico, me dasautomatizo como lectora, evito ser “una consumidora”.
  19. Me gusta leer Le Monde Diplomatique.
  20. De la literatura argentina, últimamente leí excelentes novelas: “Kryptonita” de  Oyola; “Rabia” de Bizzio;  “Los ladrilleros” de Almada; “El campito” de Incardona y “Hotaru” de Sancia, “Bajo este sol tremendo” de Busqued, entre otras.
  21. Otr@s autor@s favorit@s: Rodolfo Walsh, Elena Poniatowska, Pedro Lemebel, Julio Cortázar, Griselda Gambaro…
  22. Mis géneros preferidos son: la crónica, el relato documental o testimonial, el cuento, la nouvelle, novela y ensayo.
  23. Cuando tengo que planificar para las diferentes cátedras de literatura en nivel superior, primero pienso en diferentes géneros y luego, en un corpus de textos que movilice y apasione por su valor estético a los estudiantes. Sin duda alguna, estoy presente como lectora, porque hago un recorte, selecciono y elijo.  Les hago la propuesta y trabajo sobre la misma de acuerdo a lo conversado con ellos acerca de sus intereses, ellos como lectores.
  24. “Joyas”:  “La palabra amenazada” y “El país que nos habla” de Ivonne Bordelois; “Como una novela” de Daniel Pennac.
  25. Cuando leo marco, señalo, escribo al margen, subrayo; transcribo citas en una libretita o cuaderno pequeño; escribo comentarios, reflexiones, formulo preguntas,  soy una lectora activa, me entusiasma la propuesta abierta, polisémica, aquella que me necesita como una coautora. También, comparto en voz alta aquello que me sobresalta o me inquieta o me colma de felicidad. Otras veces, me sumerjo de tal manera que me olvido por completo del entorno y leo de un tirón solamente para mí, en soledad o en un diálogo de ese libro sólo conmigo, nos unimos en un egoismo tal, que no existe tiempo y espacio ni nadie que pueda perturbarnos.
  26. No me gusta leer en el colectivo o en el subte, sí, en el tren, en un ómnibus de larga distancia o en un avión. Entre otras muchas lecturas durante los viajes, recuerdo la extensa novela “Los Premios” de Julio Cortázar (la leí completa durante los viajes en tren a Villa Ballester, cuando trabajaba en un colegio de allí), también, en ese mismo recorrido, recuerdo la crónica “El último beso de Loba Lamar” de Pedro Lemebel y aún puedo escuchar mis angustiantes carcajadas. Una anécdota: Estaba viajando en avión a Esquel, en estas vacaciones de invierno, durante el mismo terminé de leer la novela “Rabia”, y, lamentablemente,  me la dejé en el sobre que hay delante del asiento, llamé para saber si la habían bajado del avión y había quedado en el aeropuerto, pero no tuve una respuesta afirmativa, luego, llamé al aeropuerto en Bs. As. donde se dejan los objetos perdidos, pero tampoco estaba. Evidentemente algún otro/a lector/a se sintió atrapado/a por la historia que se narraba y quedó prendado/a de ella de tal modo, que no pudo devolverla, sinceramente lo/a perdono y pese a la pérdida, me sentí contenta de que circulara, porque me alegraba la idea de que ese libro fuera pasando de un lector/a a otro y otra y así sucesivamente.
  27. Lecturas profesionales y personales: como trabajo con la literatura,  tengo disociadas las lecturas que realizo como profesional de las que hago durante mis momentos libres. Disfruto de ambas,  pero puedo afirmar que tengo diferentes gustos según esos dos aspectos de mi vida, algo así como que me desdoblo, una especie de Jekyll y Hyde. Soy más reflexiva, cautelosa y detallista, más formal y obsesiva, más distante y objetiva cuando leo para las clases; soy impulsiva, imprudente, despreocupada, informal y subjetiva cuando leo en el tiempo libre. Esto se evidencia en la selección de libros que hago según la ocasión, porque son tan diferentes que pareciera haber dos lectoras. Lo único común: una lectora siempre apasionada.

 

 

Comparto una de las lecturas…

Comparto mi experiencia personal de una de las lecturas que realicé: Curriculum XXI (Lo esencial de la educación para un mundo de cambio) de Heidi Hayes Jacobs (Ed. Narcea). Este libro reafirmó mis prácticas docentes y motivó,  aún más, la creatividad para innovar y mejorar la calidad del aprendizaje de los alumn@s. Comparto una síntesis de lo que hacen en las clases de Prácticas del Lenguaje y Literatura en la Secundaria, y que están en sintonía con lo propuesto por la autora:

  • Proyectos Interdisciplinarios / Transdisciplinarios (Por ejemplo, Literatura, Historia, Política y Comunicación; Prácticas del Lenguaje y Arte; Literatura y Biología, etc.)
  • Los ejes en Prácticas del Lenguaje son: lectura, escritura y oralidad. La comunicación.
  • Lectura: leen distintos tipos de géneros, desarrollan estrategias de lectura, el objetivo es que sean lectores competentes y con espíritu crítico (“destrezas de pensamiento crítico”)
  • Comparten y recomiendan lecturas personales.
  • Los estudiantes, productores culturales.
  • Escritura: producen textos escritos de diversos géneros, desarrollan estrategias de escritura, reflexionan acerca de los hechos del lenguaje, aplican la normativa. Comparten sus producciones con sus pares.
  • Producen videos (cortos, video educativo para socializar con compañeros de otros cursos, etc.)
  • Oralidad y escucha atenta: exposiciones con presentación visual, dramatizaciones,  teatro leído, coloquios,  debates, etc.
  • Con respecto al “aprendizaje global”: el curriculum en Argentina contempla el conocimiento de la cultura universal, no sólo regional;  el Colegio Goethe es bicultural y, además,  propicia el contacto con otras culturas; con respecto a la comunicación en lenguas diferentes, el Colegio es trilingüe: alemán, inglés y español (rioplatense); también, trabajamos conjuntamente docentes argentinos y alemanes; por otra parte, las clases están abiertas a los practicantes que vienen de universidades de Alemania. Comparto con muchos de ellos mis prácticas docentes, de esa manera articulo mi rol en el Profesorado de Enseñanza Superior con mi experiencia en nivel Secundario.
  • ¿Qué tengo que desarrollar más? Profundizar el rol del “estudiante como contribuyente en el campo digital”.
  • ¿Qué frase destaco? “Valorar como resultado la producción de conocimientos, no la adquisición de conocimientos.” (Entre tantas otras.)

Comparten los trabajos del taller…

Última etapa, compartieron los trabajos del taller de escritura, escucharon las críticas constructivas de sus compañeros y docente. Enriquecieron sus aprendizajes con el feedback. Se autoevaluaron y tomaron conciencia de sus aprendizajes en lo que respecta a la expresión escrita de diferentes géneros,  al uso de tecnología y al trabajo colaborativo.

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Crónica policial y otros géneros…

Todo eso lo grabaron en audios y los escuchamos en clase, de ahí surgieron otros aprendizajes acerca de la expresión oral. La experiencia fue para tod@s muy enriquecedora.

Documentar estas experiencias áulicas me hace reflexionar permanentemente sobre mi práctica, si bien siempre lo hice, me refiero a re-pensar mis clases, autoevaluarme, buscar otros caminos, diferentes estrategias como parte de la profesión, quizás lo hacía de manera más intuitiva, menos ordenada, ahora puedo sistematizarlo más. Éste espacio es mi “horizonte de aprendizaje”  Mi eterno agradecimiento a tod@s mis estudiantes por permitirme hacer estos desafiantes recorridos.
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Taller de escritura

Esta propuesta partió de un juego de descifrar enigmas en el marco del género policial. Luego, escribieron la crónica policial a partir de esa información. El soporte elegido diario o revista. En esas páginas escribieron un adelanto de noticia (acorde a la sección), una propaganda de prevención del dengue y por último una publicidad (la mayoría eligió como producto un repelente).

Fue un trabajo de producción colectiva.
Nuestros jóvenes, productores culturales.

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