Una idea, una nueva investigación, una experiencia, una vivencia… Esto fue lo que compartieron los oradores en una nueva edición de
Lamentablemente no fui sorteada para poder asistir, pero seguí la transmisión por streaming. Me impresionó la variedad de experiencias y temáticas presentadas, referidas a todos los campos del conocimiento.
A través de este enlace se puede acceder a una síntesis de las presentaciones.
Dos que más me impactaron y emocionaron fueron:
Fernando Salem
El director y guionista Fernando Salem tuvo el desafío, en 2009, de pensar un programa infantil que le contara a los chicos la Revolución de Mayo en animación. “Como no sabía por dónde empezar, fui de excursión al Cabildo de Buenos Aires y me encuentro con esta imagen, la primera Junta de Gobierno, le miro las expresiones, las caras y tuve una primera revelación: esto es un embole”. Así fue el nacimiento de Paka Paka, ante la revelación de había que hacer algo que fuera entretenido. Pero la idea clave llegaría de la mano de un maestro de 4to grado que le hizo entender cómo transmitir la Historia: contó cómo a partir de haber escuchado en su clase “Apurate José”, de Teresa Parodi, nunca más se olvidó de las inundaciones de Formosa. La historia, hermosa, se coronó con el encuentro con el profesor, que estaba sentado entre el público.
Carina Morillo
Miradas de autismo
Y me quedo pensando en que sería muy lindo poder hacer una experiencia de estas características con nuestros alumnos. Hay ya algunas en marcha con adolescentes de escuelas públicas y privadas en el país, según se dijo ayer.
Entusiasmarlos y motivarlos con un tema de su interés, una experiencia que quieran compartir, creo que, además de abrir el conocimiento, es desarrollar en ellos la habilidad de exponerlo ante un público y emocionar con su presentación; puede ser algo maravilloso.
Y lo relaciono con una presentación reciente que escuchamos del creativo Eduardo Kastika, quien dice:
“Empezar a experimentar es el primer paso para hacer algo, una idea. En realidad, es el primer paso para hacer algo con aquellas ideas que NOS PARECE que son buenas.
Es un primer paso: una huella, una pisada, una marca. Comenzamos a dejar una marca.
Ya lo sabemos: las ideas no son ni buenas ni malas. Hay que probarlas.
Empezar a experimentar ya es un gran logro: es una forma de empezar a concretar un proyecto.
Porque experimentar es hacer las cosas sabiendo que forman parte de algo más amplio. De algo que esperamos que sea más amplio.
La clave no es la idea. La clave no está en lo que estamos haciendo en estos momentos. La clave es el proyecto que tenemos. Nuestros proyectos son los que le dan sentido a nuestras ideas y a nuestras acciones.
Pro-yectarse es eyectarse hacia el futuro. Así como lo pro-visorio de la experimentación se justifica en nuestra visión de futuro.
Muchas de las cosas que hacemos a diario (trabajar, lidiar con jefes y clientes, sacarnos de encima tareas aburridas, capacitarnos, explicar, aprender…) pueden parecer que no tienen sentido. Y tal vez no lo tengan. Pero recuperan el sentido cuando las comenzamos a ver como parte de un proyecto más amplio e integrador. De esta manera, casi sin darnos cuenta, hacer lo que hacemos siempre ya es una forma de empezar a crear.”